Cuando escuchamos la afirmación «el desarrollo tecnológico va más deprisa que el desarrollo social» y miramos a nuestros hijos, que se encuentran en un mundo lleno de oportunidades, de aprendizaje, de ocio y de comunicación, podemos percibir la parte de inseguridad que transmite esta afirmación. Nos pueden venir a la cabeza muchas cuestiones relacionadas con la inteligencia artificial, machine learning, el mundo laboral, nuestra privacidad. Por estos y otros motivos se hace necesario que los ciudadanos de mañana sean ciudadanos reflexivos y críticos; necesitamos futuras generaciones éticamente responsables.
El conocimiento de cómo funcionan los sistemas informáticos nos ayudará a entender el mundo que nos rodea, pero para ello tenemos que entender cómo se construyen los programas informáticos. Esta comprensión pasa por la programación, por el algoritmo. Hoy en día todos programamos algo en nuestro teléfono móvil, cuando consultamos un mapa interactivo, en el correo electrónico al establecer una configuración determinada, etc.
Quienes escriben, supervisan y dictan cómo será el algoritmo y qué contendrá son personas como nosotros, y como tales pueden tener un sesgo personal que acabará afectando, aunque sea imperceptiblemente, a nuestra vida diaria. Ser conscientes y críticos, a la vez que hacemos ser conscientes y críticas a las futuras generaciones, es un aspecto esencial para asegurarnos democracias de calidad. Porque en el momento determinado de la ejecución la máquina sólo obedece lo que dice ciegamente el «código».
En el aprendizaje de la programación, expertos como Carlos Casado manifiestan que «introducir a los alumnos en la programación implica fomentar el pensamiento computacional»; los niños trabajan «la comprensión del problema, el análisis de las posibles soluciones y la división del problema en problemas más pequeños para poderlos resolver más fácilmente». Podemos decir que el niño pasa de ser un simple espectador y/o consumidor de la tecnología a ser productor y creador. Por parte del Departament d’Educació, actualmente la programación informática forma partedel currículo de la ESO; en Primaria es opcional, y depende de cada centro y de la voluntad de los maestros. Esta tendencia nos lleva a que tanto maestros, como profesores y familias podamos formarnos, pero sobre todo debemos estimular a que las futuras generaciones lo hagan para disminuir la distancia de la afirmación «el desarrollo tecnológico va más deprisa que el desarrollo social».