Marta Reinoso
Comprobar si el entrenamiento cognitivo de las funciones ejecutivas mejora las habilidades lingüísticas de los niños y niñas con trastorno específico del lenguaje (TEL) ha sido el objetivo de una reciente investigación desarrollada en la Universidad de Laguna. El estudio, liderado por Acosta, compara el rendimiento de 34 niños y niñas de entre 5 y 11 años antes y después de la aplicación del programa. También incluye un grupo control de comparación formado por 34 compañeros/as del aula con un desarrollo normativo del lenguaje.
La ASHA (American Speech-Hearing Association) define el TEL como una dificultad con el lenguaje que no está causada por ningún déficit evidente a nivel neurológico, sensorial, intelectual o emocional, y que puede afectar al desarrollo del vocabulario, la gramática y las habilidades de conversación. Es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta, en la mayoría de casos, en forma de retraso en el aprendizaje de las primeras palabras. Esta situación provoca serias dificultades de comunicación en los diferentes contextos de interacción (familiar, escolar y social). Aun así, existe una gran variabilidad en las dificultades que se engloban dentro del TEL, tanto en alcance como en gravedad, razón por la cual demasiado a menudo está infradiagnosticado e infratratado.
En el estudio se emplean pruebas ampliamente reconocidas en la literatura (CELF-3, Peabody y ITPA) para identificar la presencia de TEL. También se evalúa la fluidez verbal y las reparaciones o reformulaciones en el lenguaje (en inglés, mazes), distinguiendo los diferentes tipos: vacilaciones o expresiones de relleno, repeticiones, revisiones y correcciones de errores en palabras y oraciones, y falsos conectores.
El programa de intervención fue implementado al grupo TEL a lo largo de 36 semanas (72 sesiones en total de 15 minutos, la mitad individuales y la otra mitad en pequeño grupo), conducidas por profesionales de la logopedia. El tratamiento tenía como propósito principal estimular los procesos cognitivos relacionados con la fluidez fonética y semántica. Para asegurar el aprendizaje se ofreció a los niños y niñas numerosas oportunidades de práctica, se facilitó apoyo en forma de pistas orales y visuales y se proporcionó retroalimentación constante.
Los resultados obtenidos confirman, tal y como se esperaba, que los niños y niñas con TEL presentan más problemas en la fluidez verbal que el grupo de control cronológico. El estudio también muestra una ligera, pero evidente, tendencia a la mejora —tanto en fluidez fonética como semántica— después de recibir el programa de intervención. Los autores concluyen afirmando que un entrenamiento de mayor intensidad y frecuencia (sesiones más largas y numerosas) posiblemente resulte aún más eficaz y significativo.
En cuanto a la presencia de reparaciones en el discurso narrativo, se aprecia un uso abundante e inadecuado de falsos conectores en el grupo TEL en comparación con el grupo control. No se observan, en cambio, diferencias entre ambos grupos en el uso de los otros tipos de expresiones de reparación. Parece, pues, que los niños con TEL hacen uso excesivo de conjunciones o marcadores temporales cuando intentan expresar ideas complejas, empleándolos como mecanismo de reajuste de los errores en la planificación de la oración o en la selección de palabras y estructuras sintácticas.
Aun así, el estudio revela que los/las niños/as con TEL experimentan ganancias significativas después de recibir el tratamiento. La explicación se encontraría, según los investigadores, en la mejora en el acceso al léxico que se produce con las actividades del programa de intervención. Por ello concluyen que las intervenciones tendrían que ir dirigidas a reducir el tiempo extra que se suele generar antes de la evocación de una palabra, más que a incrementar el vocabulario. De este modo, se consigue también una conversación más fluida, sin interrupciones y sin necesidad de paradas.
Artículo de referencia
Acosta, V., Ramírez-Santana, G. y Hernández, S. (2016). “Intervention in fluency problems in pupils with Specific Language Impairment (SLI)”. Journal for the Study of Education and Development, 39 (3), 466-498.