Un grupo de investigadores de la Linkpöing University y del Swedish Institute for Disability Research (Suecia), dirigidos por Ann-Charlotte Linton, han presentado recientemente los resultados de un estudio que analiza las percepciones de los maestros sobre el alumnado con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
La prevención de los malos resultados académicos y el abandono escolar es un objetivo prioritario de los sistemas educativos en todo el mundo. El alumnado con TEA forma parte de la diversidad que el profesorado tiene que atender, un alumnado que presenta dificultades de interacción social y de comprensión de los estados mentales de los otros, aspectos que influyen en la relación con los compañeros y los docentes y el seguimiento de las clases.
El estudio ha contado con la participación de 153 maestros de centros ordinarios de 6 municipios diferentes ubicados en el centro de Suecia. Los participantes contestaron a un cuestionario on-line en el cual se recogía información sociodemográfica y se evaluaban sus percepciones y experiencias, dentro y fuera del aula, con personas con TEA. A partir del análisis del contenido de sus respuestas, los investigadores exploraron las valoraciones del trastorno y el significado otorgado al mismo.
Los resultados obtenidos muestran que el contacto previo (profesional o personal) con personas con TEA influye en las percepciones de los maestros. De este modo, aquellos docentes sin experiencia previa consideran que el progreso y la conducta de los niños y niñas dentro del aula dependen principalmente de las características personales de los niños, mientras que aquellos maestros con experiencia previa destacan también la importancia de factores contextuales y de aprendizaje.
El estudio también evidencia diferencias en función de la naturaleza de las experiencias previas vividas. Así pues, aquellos maestros con antecedentes laborales en el campo del TEA muestran en general una visión positiva del niño y su progreso, así como actitudes positivas hacia la inclusión. En cambio, aquellos docentes con un contacto personal con el trastorno (antecedentes familiares, por ejemplo) destacan menos aspectos positivos del alumnado. Los autores del estudio consideran que posiblemente estos últimos tienen un conocimiento más íntimo (e intenso emocionalmente) de las necesidades de las personas con TEA, a nivel de comunicación y en las rutinas diarias, hecho que puede suponer una mayor interiorización y toma de conciencia de las limitaciones y potenciales dificultades en la escuela.
Las creencias y expectativas del profesorado influyen en el progreso del alumnado, puesto que éstas ‒voluntaria o involuntariamente‒ se transmiten y condicionan los resultados. Programas formativos destinados a una mejor y más completa preparación del profesorado, con prácticas y espacios para el trabajo personal, resultan imprescindibles para asegurar una visión más amplia, rica y ajustada de las necesidades y potencialidades del alumnado. Porque, dentro del aula, todos aprendemos.
Artículo de referencia
Lintonac, A.C., Germundssonb, P., Heimann, M. & Danermark, B. (2015). The role of experience in teachers’ social representation of students with autism spectrum diagnosis (Asperger). Cogent Education, 2: 994584. doi:10.1080/2331186X.2014.994584