Por: Elisabet Canals
Este curso estrenamos la sección «Rincón de la Voz», en la cual destaca la voz como elemento de identidad y vehículo de salida de nuestros pensamientos y estados de ánimo. La voz habla de cómo somos y de cómo las personas nos podemos reconocer a través de ella. Influye en nuestras relaciones sociales como pilar de la comunicación y, si se ve comprometida, puede generar estados de fatiga, frustración y desazón.
La voz no es un órgano que se pueda romper ni tampoco coger y reparar, es un fenómeno acústico que depende del equilibrio de diferentes factores que podemos trabajar.
En el post de este mes queremos describir los aspectos fundamentales que intervienen en la producción de la voz que se pueden trabajar y mejorar.
La postura
La forma en que gestionamos nuestro cuerpo desde la planta de los pies hasta la cabeza influye en la forma como actuará nuestro aparato vocal y cómo sonará nuestra voz.
Esta gestión de nuestro cuerpo puede resultar alterada por el grado de tensión a la que puede verse sometido, por bloqueos generados en nuestro día a día y por nuestro estado emocional.
La respiración
La voz se produce a partir del aire que impulsamos desde los pulmones, que, en contacto con las cuerdas vocales, genera sonido por vibración.
Se trata de coordinar la respiración con el gesto vocal para crear armonía sin esfuerzo.
La resonancia
Como cualquier instrumento, la voz tiene una caja de resonancia. Si ejemplificamos la voz con una guitarra, podemos ver que con las cuerdas no es suficiente para generar una vibración armónica. Hace falta la caja de resonancia para generar el sonido característico que conocemos.
Lo mismo sucede con la voz: el sonido se genera en la laringe y resuena en varias cavidades para producir el efecto deseado, como son la cabeza, el pecho, la cara, etc.
Si no se utilizan o no se aprovechan de forma adecuada los espacios de resonancia generamos tensiones y constricción en la laringe y tenemos que hacer muchos más esfuerzos para que los demás nos oigan.
El aparato vocal
Las cuerdas vocales están recubiertas de una mucosa elástica y flexible, que vibra y produce el sonido cuando el aire pasa por la laringe proveniente de los pulmones. Este sonido se caracteriza por un tono, un timbre y una intensidad que a la vez es diferente para cada persona.
Cuando las cuerdas vocales se lesionan o funcionan bajo unas exigencias vocales más allá de sus límites hay que hacer un abordaje foniátrico y logopédico.
Hemos descrito los pilares de una voz sana sobre los que se basa la reeducación vocal, pero existen muchos otros factores que pueden afectar al correcto funcionamiento vocal. Las alergias, los factores ambientales, el polvo, el yeso o el serrín, el tabaco y problemas estomacales, auditivos y emocionales son los más comunes.
El trabajo de la salud vocal proporciona un descubrimiento de uno mismo tanto a nivel físico como emocional.