La asistencia a clases de música y el consiguiente aprendizaje musical promueven la neuroplasticidad cerebral y conlleva una mejora en las habilidades lingüísticas de niños en contextos de riesgo social, según demuestra una reciente investigación americana publicada en la revista Frontiers in Psychology.
La investigación se llevó a cabo con niños y niñas del primer ciclo de Educación Primaria en colegios públicos de Los Ángeles (EEUU). Los investigadores realizaron un seguimiento durante dos años de los alumnos que asistían al Harmony Project, un programa que ofrece educación musical (lenguaje musical, canto y práctica instrumental) a niños/as nacidos/as en entornos familiares de bajo nivel socioeconómico. Para la evaluación se emplearon medidas de fluidez lectora y técnicas de neuroimagen (potenciales evocados); también se solicitó al profesorado el registro de la asistencia a clase y el nivel de participación del alumnado.
Los resultados obtenidos en este estudio evidencian de la relación directa y positiva que se establece entre la asistencia y participación a las clases de música y un mejor procesamiento del lenguaje. En concreto, se observa que aquellos alumnos con una mayor implicación en las clases obtienen mejores resultados en las tareas de atención y discriminación auditiva, y una mayor fluidez lectora. Los autores concluyen que la experiencia activa y significativa con la música y sus elementos (ritmo, melodía y armonía) facilita y promueve la comunicación, y el aprendizaje y estimula cambios en la organización cerebral.
Las investigaciones han demostrado de forma consistente que los niños procedentes de entornos sociales desfavorecidos constituyen una población de riesgo por un incorrecto desarrollo del lenguaje y fracaso escolar, ya que tienen menos posibilidades de estar expuestos a un vocabulario rico y variado, y a las estructuras sintácticas complejas que se precisan para el desarrollo de unas buenas habilidades lingüísticas. A pesar de esto, los resultados obtenidos en este estudio demuestran que proyectos de intervención social a partir de la educación musical pueden contrarrestar algunos de los efectos de la privación sensorial previa, y potenciar además otras áreas de aprendizaje y desarrollo como son la sensibilidad artística, la expresividad, la creatividad o el trabajo en equipo. La música es un potente recurso de comunicación, enriquecimiento y goce; empleémoslo!
Artículo de referencia
Kraus, N., Hornickel, J., Strait, D.L., Slater, J. & Thompson, E. (2014). Engagement in community music classes sparks neuroplasticity and language development in children from disadvantaged backgrounds. Frontiers in Psychology, 5:1403,