Por: Marta Rosell
Según Abraham Maslow1, todos necesitamos una valoración positiva de nosotros mismos con una base adecuada de autoestima. La satisfacción de esta necesidad de autoestima nos conduce a sentimientos de autoconfianza, valía, fuerza, capacidad y suficiencia de ser útiles y necesarios en el mundo. Por otra parte, la frustración de esta necesidad nos puede provocar sentimientos de inferioridad, debilidad y/o desamparo. Podríamos decir, por lo tanto, que la autoestima es un pilar fundamental del bienestar emocional que hay que potenciar.
Este es un tema que en los últimos años preocupa a la mayoría de padres; entienden que ayudar a construir una autoestima firme en sus hijos les ayudará a prevenir muchos problemas cuando lleguen a la adolescencia, dotándolos así de más resistencia ante las dificultades. Pero ¿cómo se puede potenciar la autoestima de los niños? Esto no es algo que se aprenda de un día para otro, sino que su construcción dependerá de las relaciones personales de aceptación y confianza que se realicen a diario. Los niños y adolescentes deben encontrar seguridad y afecto en las personas que los rodean sin llegar a la sobreprotección, que sólo los debilitaría y los haría más sensibles y vulnerables.
Algunos aspectos prácticos para el día a día podrían ser los siguientes:
—Utilizar el refuerzo positivo, basándose más en los hechos y no tanto en los resultados. A su vez, hay que ayudarles a admitir sus errores; deben aprender que no siempre las cosas salen como a uno le gustaría que salieran.
—Reconocer las cualidades y alentarlos a mejorar en lo que no se les da tan bien.
—Realizar actividades donde puedan tener éxito y comprobar que son capaces de llevarlas a cabo.
—Fomentar actividades extraescolares que potencien sus habilidades.
—Valorarlos tal y como son, y no como nosotros quisiéramos.
—Dar responsabilidades de forma gradual que a su vez ayuden a su autonomía y a confiar más en sí mismos.
—No solucionar sus problemas por él.
—No compararlos con amigos y/o hermanos.
—Pedir su opinión y mantener una actitud de escucha en todo momento.
Como todo, trabajar la autoestima requiere dedicar tiempo. Es necesario estar alerta de los momentos que nos permitan potenciarla. El papel de los padres es fundamental, y de él puede depender conseguir una buena base para luego saber afrontar cualquier situación que se dé con el resto del entorno.
1: MASLOW, A. (1991). Motivación y personalidad. Madrid: Díaz de Santos.