Me llamo Pau y tengo 16 años. Son las 8.30 h de la mañana y ya estoy despierto… demasiado pronto para un sábado. Me quedé leyendo hasta las mil anoche, como siempre me pasa. Desde que tengo uso de razón tengo mi mesilla con varios libros. Estoy leyendo La Metamorfosis, de Kafka. Es escalofriante que pueda llegar a empatizar con el protagonista de la historia… Supongo que es por las veces que me he sentido como un bicho raro, o por la crítica que se esconde en el libro a la sociedad que rechaza a todo el que no es como la mayoría. Hoy me he despertado inquieto porque mi madre tuvo reunión ayer con mi tutor. Creo que ya es la tercera este curso, y estamos en marzo. Esto tampoco es nuevo, qué pereza, todos los años es lo mismo. Mi madre lleva años haciendo equilibrios entre lo que yo digo que sucede en clase y la percepción que mis profesores tienen sobre mí. Cuando no me dice nada de estas reuniones es que no hay nada que decir, no hay punto de encuentro. Me levanto y salgo a correr por la playa. Debería hacer deberes, pero ya los haré mañana. El deporte me despeja, me ayuda a ordenar mis pensamientos. Mientras llego al paseo marítimo pienso en cómo sería poder estudiar lo que realmente me interesa y dejar de tener la sensación de que pierdo el tiempo en todas las asignaturas. Mi madre siempre me dice que tengo que tener paciencia. Pero es exasperante. Bueno, en todas las asignaturas no, física es increíble. Esteban (mi profesor) sí conecta con mi manera de entender las cosas. Siempre tiene alguna pregunta interesante que hacerme, algún problema indescifrable que me mantiene enfrascado durante gran parte su clase, y a veces se las apaña para relacionar lo que da en su clase con otras asignaturas o con una noticia que ha salido en la tele. La de lengua también es maja, sus clases son un rollo, pero siempre me hace buenas recomendaciones de lectura y me ha apuntado a un concurso literario. Mi padre dice que más vale que estudie y que me deje de concursos. He suspendido un montón de asignaturas, no hay por dónde cogerlas. Así que la idea de repetir curso está dejando de ser una idea para convertirse en una probabilidad. Lo que me faltaba, que me separen de mis amigos. Otro año más de colegio. Yo quiero estudiar Física o una Ingeniería Superior, o Filología Clásica, pero con eso dicen que me moriré de hambre, porque no tiene salidas en el mercado laboral. Son las 10 h cuando entro de nuevo a casa, voy a desayunar y a ver si duermo un rato, que esta noche he quedado con mis amigos y vamos a salir. También he quedado con mi chica. A veces creo que es la única que entiende que sólo soy una persona normal de 16 años; eso sí, con altas capacidades intelectuales, ni siquiera yo sé muy bien qué significa eso. Qué suerte tengo de que no le importe que su novio sea un insecto gigante, con demasiadas preguntas girando en todas las direcciones.
Marta Santarén