El hecho de conocer la ciencia que hay detrás de las prácticas educativas nos permitirá incorporarlas de forma más fácil en nuestra práctica diaria.
El hecho de conocer la ciencia que hay detrás de las prácticas educativas nos permitirá incorporarlas de forma más fácil en nuestra práctica diaria.
Leyendo el libro Powerfull Teaching: Unleash the Science of Learning de Pooja K. Agarwal y Patrice M. Bain encontramos algunas estrategias centradas en tareas muy específicas y que pueden ser muy útiles.
Una actividad propuesta, por ejemplo, es la de hacer actividades rápidas de evaluación diarias; de esta manera haremos que los alumnos recuerden la información y refuercen su aprendizaje. La evidencia demuestra que acceder activamente al material aprendido, más que simplemente mantener su contenido, aumenta la retención. Se podrían proponer otras actividades que tengan como base la evidencia mencionada, pero la propuesta de hacer pequeños cuestionarios, reforzando que esta actividad tiene un carácter autoevaluador, es quizá una forma mejor de poner en práctica estas evidencias que los deberes habituales. A veces, cuando los alumnos hacen los deberes, buscan la información en la misma página del libro y escriben la respuesta. Pero de esta manera no se centran en “recuperar” la información, lo que hace difícil que en una semana se pueda trabajar aquella información. Estas valoraciones rápidas nos permiten ver cómo los alumnos van siguiendo el temario y detectar dónde tenemos vacíos. De este modo, según la evidencia, aumenta la capacidad de los alumnos para retener información.
Otra propuesta de trabajo sería preguntar a los alumnos qué trabajamos la semana anterior en clase. Esta recuperación de la información se puede hacer hace unos días, semanas o incluso meses. De esta forma los hacemos conectar con lo que se está haciendo en clase, tomar perspectiva del aprendizaje y hacerlo más transversal. Los alumnos aprenden mejor cuando no pueden predecir fácilmente la respuesta a la siguiente pregunta. Intentar que no todas las actividades vayan seguidas por un patrón que se reconozca con facilidad, intentar que se vayan adaptando sobre la marcha, que piensen en qué estrategia utilizar… Estos momentos de reflexión son los que mejoran el aprendizaje.
Es un sistema que podemos trabajar de varias maneras, con los cuestionarios, algunas estrategias donde se apuntan lo que saben de un color y la autocorrección de otro, conversar con otro compañero sobre las respuestas… Pero sobre todo lo que se busca es que los alumnos puedan centrar su estudio en lo que aún no han aprendido.
Las estrategias planteadas no son difíciles de aplicar, y muchos profesores ya las aplican; tener la certeza de que están basadas en la evidencia, y a la vez comprender su funcionamiento en el aula, mejora la capacidad de utilizarlas y hace que aumentemos su frecuencia de aplicación de forma más integrada.
Si desea ampliar alguna de estas estrategias, sobre todo las relacionadas con el estudio, puede encontrarlas en el artículo publicado en nuestra revista “Lo que no sabes del estudio” (2018), y que puede consultar en nuestra web.
2019, Pooja K. Agarwal, Patrice M. Bain, Powerfull Teaching: Unleash the Science of Learning.