Por: Marta Reinoso
Los niños/as y jóvenes con altas capacidades presentan una estructura cognitiva altamente competente y muestran una elevada capacidad de razonamiento lógico, creatividad e ingenio, así como una buena capacidad de atención, percepción y memoria, y facilidad por el aprendizaje. A la vez, son niños y niñas que acostumbran a ser perfeccionistas y autoexigentes, sensibles y con tendencia al aislamiento. Presentan una clara asincronía entre el desarrollo intelectual y el desarrollo emocional y social, hecho que puede generar un malestar acusado o dificultades de relación.
Para intentar aportar un poco de luz sobre esta cuestión, el equipo de investigación liderado por Gómez-Pérez, de la Universidad de Granada, ha evaluado los efectos de un programa de entrenamiento en habilidades interpersonales en esta población. En el estudio participaron 40 menores superdotados (25 niños y 15 niñas) pertenecientes a varias asociaciones de familias de superdotados y talentosos de Andalucía, y con edades comprendidas entre los 7 y los 13 años. Su nivel de inteligencia, medido con la Escala de Inteligencia de Wechsler para Niños (*WISC-IV), oscilaba entre los 127 y los 154 puntos de cociente intelectual (CI). Se crearon dos grupos: un grupo de tratamiento integrado por 19 sujetos (12 niños y 7 niñas) y un grupo control de 21 sujetos (13 niños y 8 niñas). Los menores con un trastorno o problema clínico asociado fueron excluidos del estudio.
El programa constaba de 10 sesiones en las que se trataban los siguientes objetivos: entrenamiento en habilidades de comunicación, identificación de situaciones interpersonales problemáticas, percepción de sentimientos propios y ajenos, generación de soluciones y alternativas, evaluación de consecuencias, planificación y decisión, detección de obstáculos y habilidad para responder al fracaso. Se emplearon medidas de autoinforme y heteroinforme (padres), antes y después del tratamiento, para evaluar el potencial de aprendizaje, las habilidades sociales, las habilidades de solución de problemas interpersonales y la conducta adaptativa.
Los resultados obtenidos muestran la existencia de diferencias significativas en las medidas del grupo de tratamiento después de la aplicación del programa, especialmente por lo que respecta a las habilidades de resolución de problemas. También se detectan diferencias significativas entre el grupo experimental y el grupo control en las medidas postratamiento a favor del primero. Por otro lado, y contrariamente a lo que se esperaba, no se aprecian diferencias significativas en las puntuaciones (ni iniciales ni finales) en función del sexo. Este resultado se contradice con otros estudios que muestran que las niñas/mujeres tienen más habilidades sociales que los niños/hombres.
En conclusión, la investigación presentada demuestra que las habilidades interpersonales de los niños/as superdotados son educables y se pueden desarrollar. De esto se desprende la importancia de implementar programas de entrenamiento en habilidades sociales y gestión de conflictos para este colectivo. Algunos trabajos indican que durante la adolescencia aumentan los problemas interpersonales, emocionales y de adaptación, así como los sentimientos de diferencia que aparecen durante la infancia. Por ello, resulta recomendable que estos programas se hagan extensivos a otras franjas de edad, especialmente entre los jóvenes, e incorporen medidas de seguimiento que favorezcan la generalización de los resultados a través del tiempo y de los diferentes contextos.
Artículo de referencia
Gómez-Pérez, M., Mata-Sierra, S., García-Martín, M., Calero-García, M., Molinero-Caparrós, C. y Bonete-Román, S. (2014). “Valoración de un programa de habilidades interpersonales en niños superdotados”. Revista Latinoamericana de Psicología, 14(1), 59-69.